Thursday, 02 May 2024
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Las simulaciones de modelos indican que la mayor utilización del preservativo registrada a partir de 1990 ha evitado unos 117 millones de nuevas infecciones por el VIH.

En 2020, se registraron 374 millones de casos nuevos de infecciones de transmisión sexual en todo el mundo entre adultos de edades comprendidas entre los 15 y los 49 años; de ellos, uno de cada cuatro tenía cura: sífilis, clamidiosis, gonorrea y tricomoniasis. La mayoría de esos casos podían haberse evitado mediante el uso correcto del preservativo.

El 98% de las mujeres cuyas parejas masculinas utilizan preservativos masculinos correctamente cada vez que mantienen relaciones sexuales a lo largo de un año estará protegidas frente a embarazos imprevistos; cuando se utilicen preservativos femeninos, ese porcentaje ascenderá al 95%. Según estudios realizados en febrero de 2022 por la OMS, el Programa Especial de Investigaciones, Desarrollo y Formación de Investigadores sobre Reproducción Humana y sus asociados, las intervenciones que utilizan un lenguaje positivo en materia sexual, incluso para referirse al placer sexual, contribuyen a aumentar el uso del preservativo.

Debe proporcionarse información imparcial y centrada en la persona que apoye el uso del preservativo. Las desigualdades de género, especialmente en las relaciones íntimas, son un obstáculo importante para el uso del preservativo y deben atajarse.

Información general

Los preservativos, cuando se utilizan correcta y sistemáticamente, son seguros y muy eficaces a la hora de prevenir la transmisión de infecciones de transmisión sexual, incluida la infección por el VIH, y los embarazos imprevistos. Los preservativos son seguros, baratos y se encuentran ampliamente disponibles.

Existen preservativos externos (masculinos) e internos (femeninos), también llamados preservativos externos y preservativos internos, respectivamente, que son eficaces cuando se utilizan correctamente. Los preservativos externos son los más habituales; se trata de una funda o recubrimiento delgado que se coloca sobre el pene cuando está erecto antes de la penetración. También existen preservativos internos; estos consisten en una funda o recubrimiento delgado que se coloca y ajusta sin ejercer presión en el interior de la vagina antes de la penetración.

Cuando se utilizan preservativos, el uso de lubricantes personales reduce la probabilidad de que el preservativo se rompa, resbale o se deslice y se salga de su lugar, lo que aumenta la protección frente a los embarazos imprevistos y la mayoría de las infecciones de transmisión sexual, entre ellas la infección por el VIH. Se recomienda utilizar un lubricante a base de agua o silicona, ya que otros lubricantes, como el aceite de cocina, la mantequilla o la crema de manos, podrían hacer que el preservativo se rompa.

Los lubricantes permiten que las relaciones sexuales con preservativo sean satisfactorias y de calidad, tanto en el caso del sexo vaginal como, sobre todo, en el del anal. A diferencia de la vagina o el pene, el ano no suele proporcionar una lubricación natural adecuada durante las relaciones sexuales. En las relaciones sexuales por vía anal siempre debe utilizarse una gran cantidad de lubricante. Los lubricantes también pueden ser de utilidad para las personas que sufren sequedad vaginal asociada a la menopausia. En general, el uso de lubricantes se acompaña de una reducción del dolor y de las molestias sexuales, y de una mejora de la satisfacción sexual femenina.

Eficacia

La eficacia de los preservativos depende de que se utilicen correctamente. El riesgo de embarazo o de infecciones de transmisión sexual (ITS), incluida la infección por el VIH, aumenta si los preservativos no se utilizan correctamente cuando se mantienen relaciones sexuales. Son muy pocos los embarazos o infecciones que se producen a causa de deslizamientos o roturas. Los preservativos reducen considerablemente el riesgo de infección de transmisión sexual cuando se utilizan de forma sistemática y correcta durante las relaciones sexuales, ya sean por vía vaginal, oral o anal. Protegen contra las infecciones de transmisión sexual que se propagan por medio de las secreciones, como el VIH, la gonorrea y la clamidiosis. También protegen contra las ITS que se propagan por contacto con la piel, como la sífilis, el herpes genital y el papilomavirus humano (VPH), siempre que el agente que causa la lesión entre en contacto con la zona cubierta por el preservativo. Si se utilizan correctamente cada vez que se mantienen relaciones sexuales, el 98% de las mujeres cuyas parejas masculinas utilizan preservativos masculinos estarán protegidas frente a embarazos imprevistos; cuando se utilizan preservativos femeninos, esa protección asciende al 95% de las mujeres.

A fin de garantizar su eficacia, los preservativos deben cumplir las normas ISO y las especificaciones de la OMS y el UNFPA.

Repercusión mundial

Los preservativos siguen siendo un instrumento esencial y eficaz de los programas de prevención de la infección por el VIH, otras ITS y los embarazos imprevistos. El uso del preservativo ha sido un medio fundamental para reducir la transmisión del VIH a nivel mundial. En un estudio de modelización en el que se examinaron los efectos del uso del preservativo en el pasado y en el futuro en la epidemia de sida en 77 países donde la carga de la enfermedad era elevada, se observó que la mayor utilización del preservativo desde 1990 había evitado unos 117 millones de nuevas infecciones por el VIH, cerca de la mitad de ellas (47%) en países de África subsahariana y más de un tercio (37%) en la región de Asia y el Pacífico (1).

Además, se estima que cada año se evitan más de 300 millones de embarazos imprevistos mediante el uso de anticonceptivos, entre ellos el preservativo.

Fuente: | OMS |

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July 11, 2022

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