Como recordará el lector, el 15 de junio de 2016 parte del techo de las piscinas del club Solís se desprendió, por lo que por razones de seguridad la directiva resolvió clausurar las actividades de ese sector hasta construir un nuevo techo. Hubo demoras por la financiación de las obras y recién comenzaron el 1° de noviembre de 2017.
Participaron del acto de reinauguración el ministro de Transporte y Obras Públicas Victor Rossi, el intendente de Canelones, Yamandú Orsi, el Dr. José Garchitorena, Ministro de la Corte Electoral, legisladores, autoridades, socios e invitados.
Al hacer uso de la palabra, Ricardo Cabrera hizo un resumen del proceso de más de dos años, desde que cayó una parte del techo hasta el momento en que las dos piletas quedaron prontas.
“El 15 de junio del año 2016 sufrimos el desprendimiento de casi un metro cuadrado de la bóveda de la piscina. La divinidad, por cierto, estuvo de nuestro lado en ese momento ya que minutos antes que eso ocurriera decenas de preescolares y docentes habían transitado el lugar exacto donde cayó la masa de escombros. Fue luego de finalizar la clase de natación”, dijo el presidente.
“Principios quieren las cosas y decidimos con la comisión directiva, en reunión más que extraordinaria, suspender todas las actividades acuáticas. Sabíamos fehacientemente que no había otra opción. La bóveda daba muestras de su cansancio y ese aviso que recibimos era la alerta impostergable de detener el uso de las piscinas previniendo lo peor, lo que jamás nos hubiésemos perdonado. Esa misma tarde noche comenzamos el largo peregrinaje para resolver la situación. De hecho era innegable que la situación económica del club iba a verse seriamente comprometida. Valía la pena sin dudas y así se resolvió”.
“Llamamos a concursos de ideas y precios, donde se incluía la reforma de la cubierta o bien la sustitución total. Aunque lo primero, sin perjuicio de conocer eso, era su costo y la forma de financiarlo. La primera llamada a ese respecto y por cierto la búsqueda de concejo fue a Marcos Carámbula, quien decididamente nos apoyó desde un principio”, puntualizó.
“Con la elección de la empresa comenzamos el camino crediticio, que fue largo, penoso, lleno de obstáculos que fuimos franqueando día a día. Por su fuera poco, no contábamos en nuestros planes con un embargo del BPS, que con una negociación larga pero fructífera logramos sortear sobre la base de la normativa vigente y el buen comportamiento de nuestra institución”.
Cabrera tuvo palabras de agradecimiento a los funcionarios del club, por el compromiso con la institución y manifestó que “obtenido el préstamo y firmado un convenio con el MTOP comenzamos las obras el primero de noviembre del 2017. De nuevo la divinidad estuvo de nuestro lado, al no haber tenido ningún accidente que citar. Sin perjuicio de ser una obra absolutamente de riesgo, desde el momento que hubo que empezar por demoler 700 m2 de techo de concreto”.
Sobre la obra realizada, el presidente del club Solís señaló que “cambiamos las conexiones de agua y filtros, sustituimos la materia filtrante, bombas y conexiones, eliminamos escalones u obstáculos en el área circundante, modificamos sustancialmente la iluminación, utilizamos parte del escombro para rellenar y nivelar la piscina, evitando el gasto excesivo de agua caliente.
Destacó Cabrera la elevación del techo sobre la calle Batlle y Ordóñez con el objetivo de lograr un nuevo espacio deportivo en un futuro entrepiso de sala de máquinas, y la estructura metálica como sostén del nuevo techo. Asimismo, se hicieron reformas impostergables en duchas y cielorraso de los vestuarios”.
“No es sencillo nombrar a todos quienes aportaron, siempre se corre el riesgo del olvido. Aunque es preciso centralizar en el gran arquitecto Jorge Pérez Huelmo quién tomó la obra como suya, a la empresa constructora de William Bradford y su gente, en la persona del arquitecto Hanol y todo el grupo de trabajadores por su compromiso y responsabilidad. A nuestra gente del club en las personas de Carmen Martino y Jerry Fernández, al profesor Fernando Silveira y a todos los funcionarios que espalda con espalda lograron mantener abiertas las puerta de la institución”.
“Estamos sumamente felices de compartir este momento, de poder seguir trabajando por este club con 130 años de existencia, que merece todos nuestros desvelos, con la debida comprensión de nuestros hijos para quienes en definitiva dejamos este legado de compromiso y actitud”, concluyó.
Los encargados del corte de cinta fueron cuatro antiguos socios y referentes del club: Ernesto Martínez, Feddy Rodríguez, William Rizzo, y Julio César Trías.