Por el Prof. Sebastián Sabini

“Batalla de Las Piedras, quedó en la Historia

para América iban a la primer victoria

Las Piedras fue el lugar en donde la patria dio sus primeros pasos,

Paso de Las Piedras, una patria para todos, Paso de Las Piedras

porque la patria grande aún espera” 1.

Cada mes de mayo la ciudad de Las Piedras se viste de fiesta. Más allá de las restricciones que impone la emergencia sanitaria, con (o sin) actos protocolares, con eventos virtuales impuestos por la contingencia, con demostraciones espontáneas, con banderas en las calles... los pedrenses conmemoran uno de los acontecimientos más importantes en la conformación simbólica de nuestra memoria colectiva. “...necesita nuestro especial patrocinio ... en razón de haberse estampado en ese Pueblo los primeros pasos, que harían inmarcesible nuestra gloria.”, escribió José Artigas, desde su cuartel general en Purificación el 24 de mayo de 1816, al Cabildo Gobernador de Montevideo, ordenando se otorgaran los dineros necesarios para el mantenimiento de la Capilla. 2.

Incluso, buena parte de la fisonomía actual de la actual ciudad surgió a partir de los festejos organizados para la conmemoración del centenario de la batalla: “La Villa de Las Piedras vivió para ello profundas transformaciones, como la apertura de un "boulevard" [Artigas] en el medio del campo, erección de un Obelisco realizado por Juan Manuel Ferrari y la construcción de un arco de triunfo de utilería, para recibir a las multitudes... Esta celebración marcó un hito en la memoria colectiva local y nacional, y sentó un precedente para futuros actos recordatorios de similar naturaleza, instaurando una tradición conmemorativa que aun se mantiene en la localidad; intervenciones en la ciudad que determinaron su desarrollo urbanístico posterior.” 3. La Ley 3.457, presentada por el diputado Julio Marío Sosa determinó la expropiación de los terrenos en donde ocurrió el enfrentamiento, para ser transformados en parque público.

Las palabras de Juan Zorrilla de San Martín, alusivas a la erección del Obelisco, nos permiten trasladarnos, al clima vivido en la época: “Aquí queda, señores, aquí queda, sobre esta colina, este genio alado de bronce, que se ha posado en este obelisco de piedra para marcar el sitio en que los orientales hicieron su primera ofrenda de sangre que se repetiría en otras cien colinas y bosques y llanuras de esta tierra, a la diosa de la libertad de América; la comisión del Centenario de Las Piedras, en cuyo nombre y representación os hablo, hace entrega al pueblo de éste que debemos considerar como el patrio altar de los holocaustos. Como la savia por el árbol, subirá por esa piedra desde las profundidades de nuestra tierra el espíritu de la Patria Oriental, y allá arriba, proyectado sobre el cielo, en la forma alada del genio criollo que corona el obelisco, será luz y será grito, será recuerdo y será esperanza; será fuerza y será altivez y será gloria.” 4. Sin dudas, otros tiempos, con otros discursos.

Si bien la batalla tiene y tendrá un lazo indisoluble con el pueblo pedrense, la historia de Las Piedras no nació en 1811 y trasciende por mucho la figura de Artigas. Como afirma el historiador Aníbal Barrios Pintos, “¿cuándo empieza la etapa fundacional del pueblo? Para esta pregunta aún no tenemos una respuesta en términos categóricos…” 5 Pero los primeros datos se ubican en 1744, cuando el Comandante de Montevideo, Domingo Santos Uriarte le concedió terrenos para una chacra a Luis Sosa, vecino de Montevideo. A partir de 1775 se pueden seguir los registros de la Capilla de San Isidro, lo que permite trazar una línea más clara.

El primer día del año 1869 se marcó otro mojón que tiene a Las Piedras como actor principal. La compañía de Ferrocarril Central del Uruguay inauguró su primer tramo ferroviario uniendo las estaciones de Bella Vista y Las Piedras. “En el tren oficial viajó el presidente de la república general Lorenzo Batlle, acompañado de su comitiva. En Las Piedras fue servido un banquete en el que participaron no menos de 500 comensales. Se ha dicho que fue el más espléndido de los que por entonces se habían realizado en ambas márgenes del Plata.” 6 El impulso dinamizador del ferrocarril también tuvo un enorme papel en el desarrollo de la ciudad.

Hacia comienzos del siglo pasado, podemos encontrar una descripción que destaca las bondades del Pueblo: “...la amenidad de sus alrededores, la abundancia y frondosidad de su arbolado en que predominan los eucaliptus, la riqueza de sus aguas, la pureza de sus aires, debido a la gran elevación a que está sobre el nivel del mar; la afabilidad y cultura de sus habitantes… la abundancia y baratura de subsistencia de todas clases, harían de esta villa, lo que otras con menos méritos han conseguido realizar.” 7

Desde sus orígenes, el paraje tuvo un marcado énfasis en la producción agrícola. En el último cuarto del siglo XIX la granja de Luis Podestá así lo testimonia, allí se plantaban manzanos, guindos, durazneros, uvas, eucaliptus, álamos, sauces, moreras, olivos, naranjeros, limoneros, almendros, higueras, acacias, paraísos, pinos, fresnos, entre otros. Donde encontramos una línea de larga duración que ha puesto una marca de distinción de los pedrenses: sus vinos. Ya en 1882, sus productos obtenían premios en la Gran Exposición Continental de Buenos Aires.

4- Juan Zorrilla de San Martín. Citado en: Marcel Suárez (2000). Pág. 7.

5- Aníbal Barrios Pintos (2008). Pág.: 26

6- Aníbal Barrios Pintos (2008). Pág.: 26

7- Descripción de Miguel Morales para el Diccionario Geográfico del Uruguay, publicado por Orestes Araújo en 1900. Citado en: Aníbal Barrios Pintos (2008). Pág.: 35-36.

Hasta aquí algunas de las historias que queríamos compartir. Quizá podamos volver a encontrarnos para seguir hablando de Las Piedras, nuestra ciudad con ondas raíces en el pasado que mira al futuro con enormes desafíos.

Prof. Sebastián Sabini.