Nizhni Novgorod, Rusia | AFP | por Giovanna Fleitas

Diego Godín y José María Giménez llegan al Mundial de Rusia-2018 en perfecta sintonía, años de perfeccionamiento de su sociedad en el Atlético de Madrid le aseguran a Uruguay una defensa de hierro en la Copa del Mundo de Rusia.

Los destinos de ambos jugadores se cruzaron hace casi cinco años cuando un adolescente Josema se sumó a las filas de Atlético y Godín se transformó en su consejero.

"Es un hermano mayor para mí", repitió en varias oportunidades el defensor que jugó con 19 años el Mundial de Brasil-2014 y meses después fue padre del primero de sus dos hijos.

Vivaz en la cancha, Josema sorprendió desde sus inicios por su explosiva personalidad. Tras un partido de eliminatorias rumbo a Brasil-2014 el colombiano Radamel Falcao definió al 'gurí' como un as del manejo psicológico del juego.

"No pude concentrarme en todo el partido, Giménez me volvió loco", dijo el delantero cafetero que recordó como durante todo el choque el uruguayo lo distrajo con preguntas insólitas sobre su auto y contándole cómo se haría su próximo tatuaje.

Un tipo normal

A diferencia de Josema -corpulento y con tatuajes- Godín tiene un aspecto menos llamativo.

A sus 32 años, el capitán uruguayo mantiene el estilo clásico que lo ha acompañado durante toda su carrera. El 'flaco' no necesita músculos marcados al extremo para provocar respeto, con su fortaleza y su determinación en la marca manda en el área.

"Es difícil resumir una personalidad en una sola característica, pero en Godín podría ser su fuerza mental referida al fútbol", resumió el entrenador uruguayo Óscar Tabárez al ser consultado durante la clasificatoria sudamericana por el capitán celeste.

Una personalidad que maduró a la par del equipo del 'Maestro' que en sus primeros años tuvo a Diego Lugano, otro aguerrido defensor, como capitán.

En la antesala mundialista, Godín reconoció que se siente más capitán que nunca. Su voz es respetada por las estrellas del equipo, Suárez y Cavani, que saben que su lucimiento depende en parte de la solidez que consiga Uruguay en la retaguardia.

"Si nuestros delanteros están bien y logramos ser solidarios en defensa, haremos un gran Mundial", advirtió Godín a La Gazzetta dello Sport esta semana.

Un protagonismo defensivo que comparten Uruguay y Atlético Madrid, campeón de la Europa League este año. En ambos equipos el sacrificio y el orden táctico están por encima de toda individualidad.

El seleccionado charrúa y el equipo español también se reconocen a la hora de compararse con sus archirrivales y vecinos. Si el 'Atleti' batalla en la Liga con los poderosos Real Madrid y Barcelona, Uruguay con apenas 3,3 millones de habitantes se ve las caras con los gigantes de la región, Argentina y Brasil.

Quizás por eso los dos guerreros de la defensa uruguaya encontraron su lugar en el mundo en el equipo del 'Cholo' Simeone y llegan a Rusia-2018 dispuestos a sorprender una vez más al mundo y meterse en la definición del torneo.

"Llegamos con muchísimas ganas e ilusión. Teníamos ganas de estar acá y de preparar ese partido con Egipto porque queremos empezar bien", señaló Godín al arribar a Nizhni Nóvgorod el domingo.

El Egipto de Mohamed Salah será el rival de Uruguay el viernes, en un Grupo A que completan Arabia Saudí y Rusia.