Sochi, Rusia | AFP | por Rosa Sulleiro
Impulsado por un enorme Cavani que acabó lesionado, Uruguay se clasificó este sábado a cuartos de final al derrotar 2-1 al Portugal de un Cristiano Ronaldo que sigue el camino de Lionel Messi, eliminado antes por Francia, tras una jornada que deja al Mundial de Rusia sin diez balones de Oro.
Solo tardó siete minutos el 'Matador' en llamar el partido con su nombre tras aparecer volando en el área para rematar un pase de Luis Suárez. Pero la vigente reina de Europa no iba a dejar así las cosas y el veterano Pepe igualó todo de nuevo con un testarazo al inicio de la segunda parte.
Con el partido enloquecido y Cristiano arengando a los suyos a por el último tren, apareció de nuevo la magia de un Cavani desatado, que puso el 2-1 definitivo en el 62.
"Estoy muy contento por lo que pasó hoy. Es emocionante", dijo el jugador del París Saint Germain. "Hay que seguir soñando".
La historia del héroe tendría, sin embargo, un final amargo cuando, apenas diez minutos después, tuvo que salir cojeando del campo apoyado precisamente en el astro portugués.
"Espero que el dolor no sea nada" , para poder jugar ante Francia, que venció a Argentina y será el próximo rival de Uruguay, el viernes en Nizhni Novgorod.
Tensión
Ya lo habían dicho en la víspera los veteranos Óscar Tabárez y Fernando Santos: quien quisiera ver virguerías en Sochi que cambiara de canal. Esto iba a ser una guerra colectiva porque a los octavos de una Copa del Mundo se viene a matar o morir.
Aún se olía el incendio argentino desde el sur de Rusia cuando a orillas del mar Negro arrancó un partido que nació trabado. Había demasiado que perder, y las dos selecciones traían mucha pólvora en el cargador. Parecía que, con Messi haciendo las maletas, el primero en desenfudar iba a ser Cristiano, pero resulta que allí había dos chicos de Salto que llevaban toda la vida preparándose para esto.
Nacieron a pocos días y metros de distancia Suárez y Cavani, y vinieron a reencontrarse de nuevo en el área lusa cuando el 'Pistolero' le sirvió un maravilloso centro que el 'Matador' encontró volando.
Dos vidas paralelas, llenas de cruces y leyendas que les han llevado del despoblado interior de un país de menos de cuatro millones de habitantes a la élite del fútbol, y les juntaban de nuevo para poner su Celeste del alma rumbo a cuartos.
Salió disparado Cavani a celebrar el tanto mordiéndose el escudo de su vida tras un año complicado para el ego en París.
Pero quedaba toda una vida por delante y, principalmente, un atleta sublime que tiene cinco balones do Oro y que en ese mismo lugar hace dos semanas casi se cocina él solo a la poderosa España con un triplete que ya es historia.
Aunque no lo iba a tener fácil para repetirlo ahora, con Uruguay protegiendo como solo ella sabe el tesoro que le había costado cuatro años recuperar. Desde que salió derrotada y envejecida de Brasil, vencida por la alegre Colombia en octavos mientras Suárez cumplía sanción tras protagonizar un bochorno mundial.
Godín y Giménez eran el muro que todo el mundo querría en su casa y Cristiano estaba muy desasistido para ponerse a picar piedra el solo.
Drama
Pero si Portugal no podía llegar por el suelo, que fuera por el aire. Y así apareció el gol del empate. Fue tras un gran saque de Fonte directo a la cabeza de Pepe, que utilizó su experiencia de veterano centinela para burlar la espalda de otro con casi tantos kilómetros como él. Godín también falla y lo hizo en el peor momento.
El partido se desbocaba entonces con Portugal creyendo de nuevo y Uruguay por primera vez sin guión en Sochi.
Pero Cavani tenía el día que tanto se le había resistido en Rusia, donde solo había logrado un gol casi en el descuento de la goleada ante la anfitriona y se puso a tiro de Betancur, para regalarle el delirio a los que se habían cruzado el mundo para gritarlo con él.
Celebraba el tanto casi en lágrimas Cavani abrazado por un fondo que era casi todo Celeste, pero que no podía sospechar lo que les aguardaba.
Con Cristiano llamando al orden a su Portugal, Muslera casi se hace un lío con la zaga y se come a puerta vacía un tiro de Bernardo Silva. Pero eso no sería lo peor que saldría de aquella jugada, que acabó con el héroe del duelo caído, y abandonando el campo cojeando.
Era la imagen de un partido que Uruguay se había preocupado en ordenar desde el principio y que caía ahora en la anarquía con su mejor hombre sustituido por Stuani.
Cantaba su nombre el Estadio Olímpico, pero 'Edi' ya estaba en el banco y Portugal era una moto. Lo intentaron hasta perder los nervios los lusos, pero es muy difícil echar a la incombustible Uruguay de los torneos. Llevan demasiado tiempo en esto.
Ahora les espera la tormenta juvenil de Francia el viernes en Nizhni Nóvgorod. Habrá pelea.