Protagonistas de las primeras Copas Libertadores, los grandes del fútbol uruguayo Peñarol y Nacional prácticamente desaparecieron de las instancias definitorias de competencias internacionales los últimos 30 años, en un declive con múltiples explicaciones.
Únicos equipos charrúas que han ganado el torneo continental, mientras Peñarol fue campeón de su primera edición en 1960 -repitiendo en 1961, 1966, 1982 y 1987-, Nacional se quedó con el título en 1971, 1980 y 1988.
Pero esa fue la última vez que un club uruguayo se proclamó campeón de América.
¿Qué pasó desde entonces?
"Las condiciones han cambiado radicalmente", dice a AFP el periodista Luis Prats, autor de numerosos libros sobre fútbol uruguayo.
Para empezar, ya ni Peñarol ni Nacional tienen a la competencia internacional como primer objetivo, algo que cambió más marcadamente en la década de 1990, cuando los aurinegros se obsesionaron con lograr un quinquenio local y los tricolores, con evitarlo.
Por el contrario, en las décadas de 1960 y 1970, el campeonato local "comenzaba cada año luego de la Libertadores, por lo cual la primera mitad de la temporada la dedicaban solo al torneo continental", señala Prats.
Además, apunta, tenían a los mejores jugadores uruguayos y a extranjeros de primera línea, y realizaban giras para jugar amistosos ante equipos poderosos de América y Europa, lo que representaba una exigente preparación.
El dinero todavía no era un problema. "El principal recurso para todos los clubes del mundo era la venta de entradas, pues la televisión era un medio todavía marginal". Y cuando los grandes jugaban en Montevideo, el estadio Centenario quedaba repleto.
En la década de 1980, ambos pudieron mantener figuras de nivel por varias temporadas gracias a, por ejemplo, la artificial baja cotización del dólar que existía en Uruguay.
Pero cuando fueron campeones de América por última vez, en 1987 y 1988, lo hicieron ya en condiciones muy diferentes: "Peñarol con un equipo muy joven y Nacional con uno sin grandes estrellas", dice el periodista.
Sin dinero ni jugadores
Y en la actualidad el dinero (o bien la falta de) sí es un problema, que inclina la balanza cada vez más.
"Hoy los clubes uruguayos no están en condiciones de competir económicamente contra casi ningún otro país sudamericano", menos aún si se trata de Argentina o Brasil, dice Prats.
Esto impide que puedan retener una figura de cotización mediana, no ya una gran estrella.
Según el periodista, una muestra de esto es lo que sucede con la Celeste. "En los años 60, la selección uruguaya se formaba con medio cuadro de Peñarol y medio cuadro de Nacional. En los 80, varios de los titulares de la selección jugaban en Peñarol o Nacional. Hoy, los futbolistas de Peñarol o Nacional rara vez llegan directamente a la selección, porque no son los mejores jugadores uruguayos disponibles", ilustra.
De hecho, los planteles de ambos grandes suelen cambiar mucho cada año, a veces cada seis meses, "porque no se pueden acordar contratos extensos y porque por lo general cuando asoma una promesa es transferida muy pronto".
Esto lleva a que sus futbolistas suelan ser muy jóvenes o bien mayores de 30 años.
Así es que la distancia entre la competencia local y la internacional, en cuanto a intensidad y calidad de juego, es casi insalvable.
"A los clubes uruguayos les cuesta enfrentar la doble competencia, con un partido el domingo en Montevideo y a veces otro el miércoles en Ecuador o Venezuela, que exigen viajes largos y a menudo complicados por sus combinaciones y escalas, algo que clubes con mayor poder económico solucionan con vuelos charter".
A esto se suma que ha aumentado la competitividad de casi todos los rivales.
En las últimas dos décadas, el aurinegro solo logró jugar una final de Libertadores -en 2011, contra Santos de Brasil- y el tricolor apenas llegó hasta una semi, en 2009.
¿Cuáles son las posibilidades reales en la actualidad?
"Si uno piensa en los títulos de 1987 y 1988, con jugadores jóvenes o sin estrellas, ganar la Libertadores no sería tan imposible", reflexiona Prats.
"Pero hay muchos factores que juegan en contra".
Montevideo, Uruguay | AFP | by Gabriela Vaz