Para conocer más detalles de esta nueva tecnología aplicada al fútbol, Actualidad entrevistó al Lic. Gustavo Maeso Noya, ex árbitro profesional y asesor del Colegio de Árbitros.
Basado en su experiencia como ex juez analizó la participación del VAR en distintas situaciones del partido. Consultado sobre errores en el arbitraje por incidencia del VAR nos explicó que “en el VAR los que están mirando el partido son árbitros y pueden equivocarse como el árbitro central.
A veces, y ha pasado, el VAR puede constatar a través de la televisión una falta y el árbitro ve otra. Puede haber algún tipo de discusión visual, porque no discuten entre ellos sino que ven a través de la pantalla y puede llevar a que el árbitro corrija su decisión. El VAR puede inducir al árbitro, eso se puede dar”.
Consultado sobre si el VAR afecta la emoción espontánea del gol, Maeso nos manifestó que “evidentemente sí. Se produce el gol, los jugadores están festejando y el público está festejando, mientras el VAR está analizando la jugada. Pueden llamar al árbitro unos segundos después y decirle que el gol por x motivo debe ser anulado. Evidentemente le quita espontaneidad, pero le da justicia y eso es lo que se busca en un partido, que haya justicia. Por algo están los árbitros y por algo se incorpora el VAR que es un elemento más de apoyo a los jueces. Recordemos que los integrantes del VAR son árbitros que han tenido que realizar un curso en FIFA”.
Con respecto a la inclusión del VAR solo en algunos partidos, Maeso señaló que “la AUF está estudiando incluir el VAR en todos los partidos, el problema es económico. Tenemos que tener en cuenta que las instituciones deportivas nuestras no se mantienen solo con la venta de entradas y los socios, hay muchas instituciones que se han asociado con instituciones de otro país y uno de los grandes ingresos que tienen es la venta de jugadores”.
REFLEXIÓN DE MAESO SOBRE EL VAR“Evidentemente el fútbol es un deporte de contacto, lleva a que muchas veces se pueda entender un contacto por una falta que no es o viceversa. Recordemos que tanto los jugadores como los árbitros tienen posibilidad de equivocarse, somos seres humanos. Cuando fui arbitro profesional acerté pero también erré. Hay muchas cosas a tener en cuenta, sobre todo el juez, puede tapar la visión un jugador o varios jugadores juntos y puede producirse una incidencia que no la vemos. Por eso hoy se le da potestad a los asistentes a cobrar penales que antes, en la época mía no podían cobrarlos, el penal solamente lo cobraba el árbitro”.
Añadió que “hoy, si el asistente (antes línea) ve una falta que es de penal puede hacerle seña al árbitro y este será en definitiva el que diga sí o no. Con la potestad que tiene el asistente, sumado al VAR, hay más respaldo hacia una función que es difícil. El juez tiene un segundo para definir si es penal o no y en ese segundo tiene que evaluar una cantidad de cosas en las que muchas veces acierta o puede cometer un error.
No es fácil ser árbitro de fútbol, es más fácil estar en la tribuna, mirarlo, juzgarlo, la gente está en diferentes posiciones en la tribuna y entonces algunos ven una cosa u otra pero en definitiva te están criticando. Los periodistas sentados tranquilos en su cabina, con un televisor que repite la jugada te juzgan, pero el juez tiene un segundo para definir si era o no penal y un segundo para definir si el jugador estaba adelantado o no. Es muy fino, son jugadas rápidas, el fútbol es dinámico, no es estático. Eso evidentemente dificulta, además, si tenemos en cuenta que el fútbol es el único deporte que se puede jugar sin conocer las reglas, eso es otra de las cosas que dificulta muchísimo. Todo eso hace que el arbitraje sea bastante complejo y hay que tener muchas cosas en cuenta, hay que estar muy lúcido y tranquilo para tratar de hacer un buen arbitraje”.
“En Uruguay, sigo diciendo que creo en la honestidad de los jueces. Tendrán errores, pero que esos errores son humanos o de perspectiva, pero sobre la honestidad de los jueces uruguayos, desde la época mía hasta ahora, puedo asegurar que es muy buena”, concluyó Gustavo Maeso.