Sunday, 24 November 2024
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Leonardo Aguirre empezó a jugar al rugby para poder salir un rato de la celda. No sabía las reglas, los entrenamientos eran duros. Quince meses después, lidera el equipo de la cárcel uruguaya donde cumple una condena por rapiña.

Como él, unas 500 personas privadas de libertad juegan actualmente al rugby en centros de reclusión en Uruguay en el marco de un programa que apuesta al deporte como vía de rehabilitación.

"Acá me quedan tres años todavía. El rugby no lo voy a dejar, y si se puede jugar afuera, voy a jugar también", dice a la AFP Aguirre, capitán de Los Titanes de la Unidad 1 de Punta de Rieles, a unos 15km del Centro de Montevideo.

Para este joven menudo de 25 años representar un equipo "es lo mejor que te puede pasar". "Te sentís importante, te dan ganas de levantarte y luchar para seguir manteniendo el puesto".

También reconoce cambios "a nivel de valores": "mucha más perseverancia, más paciencia, más tolerancia, más compromiso", afirma, rodeado de internos después de un partido.

El sexto encuentro de rugby intercárceles de Uruguay enfrentó esta semana a Los Titanes con el equipo Fénix de la prisión Las Rosas de Maldonado, y Los Caimanes del complejo carcelario de Santiago Vázquez (exComcar).

Los reclusos, todos hombres, llegaron esposados y con custodia armada, pero en la cancha se movieron libremente. Y no faltaron ni la cuerda de tambores ni el "tercer tiempo", la comida que se comparte con los rivales después de un partido de rugby.

"Cometieron faltas, pero en el afán de querer jugar. Cuando uno hablaba, ellos escuchaban", asegura Roberto Barreiro, el juez de la Unión de Rugby del Uruguay (URU) que arbitró la cita.

El "clásico" entre Los Titanes y Fénix terminó en empate. "Seguimos invictos", bromea Santiago Suárez, el técnico de Los Titanes.

"Comer pasto"

El rugby como herramienta para la reintegración de reclusos existe en Argentina, Chile, Perú, Venezuela, España.

En Uruguay, jugadores de Los Teros, la selección nacional, entre ellos el excapitán Carlos Arboleya, empezaron a enseñar rugby en el exComcar en 2009. En 2016, a partir de un convenio con la URU, la iniciativa comenzó a ampliarse y hoy abarca casi una decena de penitenciarías en todo el país, incluyendo mujeres desde 2021.

"El requisito es que entrenen dos veces por semana y que tengan buena conducta", explica Matías Benítez, jugador profesional de rugby y uno de los coordinadores del programa.

Montevideo, Uruguay | AFP | por Alina Dieste

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