Ciudad del Vaticano, Santa Sede | AFP |
El papa Francisco, bromeando entre curas, dijo el sábado que estaba en "lista de espera" antes de que la iglesia católica lo haga santo, en un encuentro con el clero en el que dio algunos consejos para afrontar el "cuarentazo", la crisis de los 40.
Dos papas, Juan XXIII y Juan Pablo II, son "ya santos, Pablo VI lo será este año, la beatificación de Juan Pablo I está en curso, respecto a Benedicto XVI y yo mismo, estamos en lista de espera", declaró el sábado el papa Francisco, al término de una reunión con el clero de Roma, diócesis de la que también es obispo.
Estos sacerdotes le hicieron varias preguntas, para que diera su opinión sobre la crisis de los 40, que perturba a religiosos de entre 40 y 50 años, según uno de ellos.
"¡Eh, le démon de midi!", respondió el papa argentino, en francés, antes de hablar del "cuarentazo", término argentino para la crisis de los 40. "A los 40, entre 40 y 50 años, te cae encima, es una realidad. He oído que algunos lo llaman 'es ahora o nunca'. Nos replanteamos todo y nos decimos 'es ahora o nunca'", agregó Jorge Bergoglio.
Entonces, ¿qué se debe hacer?, se pregunta el papa, antes de preconizar ir a "buscar ayuda, enseguida".
"Si tú no tienes un hombre prudente, un hombre de discernimiento, un sabio que te acompañe, búscalo, porque es peligroso seguir solo, a esta edad", advirtió el pontífice. "Hay tantos que acabaron mal. Busca ayuda enseguida", insistió.
Porque "tenemos malas tentaciones en esos momentos, tentaciones que nunca hubiéramos pensado tener antes", prosiguió en el lenguaje directo que lo caracteriza.
"No hay que avergonzarse, pero hay que erradicarlas enseguida", reiteró el papa, porque es también el momento de las "tonterías" (ragazzate): cuando un sacerdote comienza a hacer ese tipo de tonterías". "Son el germen de la doble vida", aseveró.
En respuesta a una pregunta de los religiosos de más edad, con más de 50 años, Francisco se mostró solidario ante su desconcierto frente a la modernidad y sus tecnologías.
A esta edad, reconoció, "puede que no encontremos el lenguaje del mundo de hoy. Yo, no sé utilizar las redes ni todas esas cosas, no, no tengo ni celular", insistió.
Respecto a internet, el papa argentino, de 81 años, reconoció que no sabe utilizarlo.
"Internet y todas esas cosas, no sé utilizarlo. Cuando tengo que enviar un correo electrónico, lo escribo a mano y un secretario me lo envía", aseguró.
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