Bruselas, Bélgica | AFP |
Todo acuerdo de libre comercio cerrado con los países del Mercosur será "equilibrado" y reflejará la "sensibilidad" de la Unión Europea en las cuestiones de la carne de res y del etanol, afirmó a la AFP el comisario europeo de Agricultura, Phil Hogan.
Las negociaciones con vista a un acuerdo de libre comercio entre la UE y el Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay) siguen su curso en Asunción, y los agricultores franceses manifestaron su preocupación en las calles esta semana, temiendo una importación masiva de carne bovina suramericana.
"Puedo asegurarle a los agricultores que habrá un resultado equilibrado para este acuerdo, que reflejará nuestras sensibilidades sobre la carne de res y el etanol en particular", declaró Phil Hogan a la AFP en Bruselas este viernes.
Sin embargo, la cuestión de saber si se firmará un acuerdo en las próximas semanas "sigue abierto", puntualizó, mientras que en Brasil se celebrarán elecciones importantes a partir de abril.
"Creo que no hay que sacar conclusiones precipitadas hasta que veamos el resultado final" de la sesión de negociación, subrayó no obstante el irlandés.
Otra fuente de controversia es la reforma del mapa de "zonas desfavorecidas", que se benefician de ayudas europeas, y que ha dado lugar a manifestaciones en Francia, pues multitud de municipios podrían perder la financiación.
Todos los países de la Unión Europea están redifiniendo estas zonas, y la Comisión Europea prolongó recientemente la fecha límite para que los países entreguen sus respuestas a enero de 2019.
"No podemos tener un territorio agrícola dinámico sin tener más jóvenes que quieran participar, debemos animarlos. Tendremos un capítulo especial sobre los jóvenes en la agricultura" en la nueva Política Agrícola Común (PAC), aseguró Hogan.
Esta PAC revisada para después de 2020 será objeto de una propuesta legislativa de la Comisión a finales de mayo, que seguirá a la muy esperada sobre el presupuesto a largo plazo de la UE, el "Marco Financiero Plurianual" (MFP).
El MFP tendrá que lidiar con dos desafíos: la pérdida financiera ligada a la salida del Reino Unido del bloque en 2019 y la voluntad de apoyar nuevas políticas en materia de defensa, seguridad y migración.
Una ecuación que ha provocado incertidumbres respecto a los dos pilares históricos de la UE: la política de cohesión, destinada a destinar a las regiones más empobrecidas, y la PAC, que acaparan por sí solas el 70% del presupuesto europeo.
"Hay demandas en competición por los fondos. Esas negociaciones no han hecho más que empezar", explicó Hogan.
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