Brasilia, Brasil | AFP |
La Corte Suprema de Brasil mostró este miércoles sus divisiones en una votación tensa para definir si el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva puede ser llevado a la cárcel, a seis meses de las elecciones que lo tienen como favorito.
Después de cuatro horas y media de debates, el resultado parcial era de 3-1 en favor del arresto del exmandatario de izquierda, cuando aún restan siete votos entre los cuales hay en principio varios que podrían equilibrar la balanza.
La defensa de Lula (2003-2010) pretende que el Supremo Tribunal Federal (STF) le permita apelar en libertad hasta agotar las cuatro instancias del sistema jurídico. La jurisprudencia vigente desde 2016 autoriza su detención luego de la condena a más de 12 años de cárcel por corrupción que recibió en enero.
La sesión se desarrolla bajo fuertes medidas de seguridad ante una creciente polarización política en Brasil.
"Atrapar a los chicos pobres"
"El sistema penal está hecho para atrapar a los chicos pobres y no consigue atrapar a los que desvían millones por corrupción. No conseguimos atraparlos y no lo conseguiremos si cambiamos [las reglas] hoy", afirmó el juez Luis Barroso, antes de rechazar el recurso (habeas corpus).
Edson Fachin, relator de la Operación Lava Jato, que dejó al descubierto una red de corrupción entre empresarios y políticos, votó contra Lula, señalando que Brasil es a menudo señalado en tribunales internacionales por la extensión de sus procesos, que a menudo en una mera prescripción.
El juez Alexandre de Moraes también rechazó el recurso.
Su colega Gilmar Mendes, en cambio, aceptó el habeas corpus argumentando que la posibilidad de detener a un acusado se había convertido en un dictado de "prisiones automáticas" y propuso una solución intermedia: que la condena sea ejecutada solo después del tercer grado (Superior Tribunal de Justicia, STJ), lo cual permitiría a Lula seguir libre al menos varios meses.
Lula, de 72 años, fue condenado por recibir un apartamento de lujo de una constructora involucrada en el escándalo de sobornos de Petrobras; pero presentó el habeas corpus ante el STF para evitar su encarcelamiento.
Si su recurso es aceptado, podrá seguir en precampaña y apostar a un largo proceso en los tribunales superiores. De lo contrario, podría ser arrestado en breve.
Tensiones
La corte en Brasilia trabaja aislada del público. En el exterior, la policía montó un vallado para separar a los manifestantes de ambos bandos.
Pero cuando caía la noche, apenas unos pocos miles de activistas seguían las deliberaciones en las inmediaciones del edificio.
La tensión que precedió al juicio tuvo su momento más álgido el martes, cuando el comandante del Ejército, el general Eduardo Villas Boas, aseguró en su cuenta de Twiter que compartía "el ansia de todos los ciudadanos de bien, de repudio a la impunidad y de respeto de la Constitución, la paz social y la democracia".
La polarización en Brasil dejó paso a la violencia a fines de marzo, cuando una caravana proselitista del líder de la izquierda fue atacada con armas de fuego.
La primera economía latinoamericana recorre una crisis política que ya lleva más de tres años, en medio del bombardeo de acusaciones de la corrupción desvendada por Lava Jato contra figuras de prácticamente todos los partidos.
En 2016, Dilma Rousseff, sucesora y protegida de Lula, fue destituida por el Congreso, acusada de manipulación de las cuentas públicas.
El ambiente político provocó una depreciación del real frente al dólar en las últimas semanas.
Lula
Lula seguía la audiencia junto a Rousseff en la sede del Sindicato de Metalúrgicos en Sao Bernardo do Campo, cinturón obrero de Sao Paulo, donde inició el ascenso que lo llevó del gremialismo hasta la jefatura de Estado. En otra sala, unos 300 militantes asistían al debate a través de una pantalla gigante. El hastío de los extensos discursos de los jueces solo fue interrumpido por los festejos generados por el único voto a favor de Lula.
"Creo que será concedido el habeas corpus, pero con una votación apretada (...) Será una primera victoria, porque se abre el camino para una candidatura del presidente Lula respaldado jurídicamente. Es un paso importante en esta batalla política", dijo Alexandre Castilho, dirigente del Sindicato de Petroleros de Sao Paulo.
Pero aun si Lula consigue evitar la prisión, su candidatura está en jaque porque la justicia electoral impide postularse a condenados en segunda instancia.
El que fuera el presidente más popular de la historia reciente de Brasil se declara inocente en este proceso y en los otros seis que enfrenta por delitos como tráfico de influencia y obstrucción a la justicia.