Tokio, Japón | AFP | por Natsuko Fukue
Japón entroniza este martes al emperador Naruhito con suntuosas ceremonias y rituales sintoístas que completan su ascensión al Trono del Crisantemo, en presencia de unos 2.000 invitados, entre ellos numerosas personalidades de casi 170 países.
Pese a que el desfile de la pareja imperial por las calles de Tokio, inicialmente previsto el martes por la tarde, se ha postergado debido a las consecuencias del tifón Hagibis, las otras celebraciones se mantienen.
El nuevo soberano, de 59 años, se convirtió en el 126º emperador de Japón el pasado 1 de mayo, al día siguiente de la abdicación de su padre Akihito, de 85 años, algo nunca visto en esta dinastía desde hacía más de dos siglos.
La entronización es un largo proceso y uno de los momentos más solemnes es la proclamación, por el propio Naruhito, de su ascensión al trono.
En Tokio, donde llueve a cántaros desde el lunes por la noche, se celebró este martes por la mañana una primera ceremonia a puerta cerrada regida por los ritos sintoístas. En ella Naruhito, ataviado con una túnica blanca de mangas holgadas y tocado con un gorro negro coronado por una cresta, "informó" a sus antepasados imperiales de su entronización.
A primeras horas de la tarde, Naruhito y su esposa, la emperatriz Masako, vestirán otros atuendos tradicionales, muy sofisticados, para la ceremonia principal, en la Sala de los Pinos, el lugar más prestigioso del palacio imperial.
"¡Banzai!"
En medio de un redoble de tambores, Naruhito proclamará su ascensión al trono.
Acto seguido, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, lo felicitará, levantando los brazos al cielo para gritar tres veces: "¡banzai!" (literalmente "10.000 años", en otras palabras "¡larga vida al emperador!").
Entre los invitados extranjeros figuran jefes de Estado como el presidente brasileño Jair Bolsonaro y representantes de familias reales como los reyes de España, Felipe VI y doña Leticia, y el príncipe Carlos de Inglaterra.
Donald Trump, que fue el primer dirigente extranjero en reunirse con el nuevo emperador en mayo, envió como representante a la secretaria de Transportes, Elaine Chao.
Por la noche está previsto un banquete imperial, con unos 400 invitados, y el miércoles, una ceremonia del té, en la que participarán los ahora emperadores eméritos Akihito y Michiko.
Shinzo Abe obsequiará a los invitados extranjeros con una cena el miércoles en un hotel de la capital.
Amnistía
El desfile de la pareja imperial en una caravana de vehículos por Tokio, una rara oportunidad para que el público en general pueda ver y saludar a los emperadores, se ha aplazado al 10 de noviembre.
Más de 100.000 japoneses asistieron al desfile en 1990 para celebrar la entronización del emperador Akihito.
La semana pasada el gobierno decidió posponer el desfile debido a los miles de siniestrados por las inundaciones causadas por el paso del tifón Hagibis hace diez días, que dejó más de 80 muertos y cuantiosos destrozos.
La entronización del nuevo emperador también será una oportunidad para que el gobierno anuncie una amnistía a 550.000 ciudadanos que han sido multados por violaciones del código de tráfico u otros delitos menores.
Nueva era
Naruhito tiene la delicada tarea de consolidar el legado de su padre, quien logró acercarse al pueblo japonés sin dejar de lado las milenarias tradiciones imperiales.
Akihito anunció en 2016 su intención de abdicar en favor de su hijo mayor, debido a que el deterioro de su salud le impedía garantizar en "cuerpo y alma" sus funciones como símbolo del Estado.
Se aprobó entonces una ley excepcional - sólo válida para él- con el fin de permitirle ceder el trono en vida, después de 30 años de la era de Heisei ("paz en todos lados").
Akihito y su esposa Michiko se han mudado del palacio imperial y ahora están oficialmente "jubilados", aunque mantienen los títulos de emperador y emperatriz eméritos.
El 1 de mayo se inició la era Reiwa ("hermosa armonía"), que acompañará a Naruhito durante todo su reinado.