Paramaribo, Surinam | AFP | por Ranu Abhelakh
Surinam acudió a las urnas este lunes para elegir a los 51 miembros de la Asamblea Nacional que determinará el destino del presidente Desi Bouterse, sentenciado a 20 años de prisión por la ejecución de opositores en 1982 y a 11 años de cárcel por narcotráfico.
El exdictador militar convertido en político ha dominado el pequeño país sudamericano durante décadas y busca ahora su tercer mandato. Pero los sondeos señalan que su formación, el Partido Nacional Democrático (NDP), podría perder su mayoría en el parlamento unicameral de 51 escaños, responsable de elegir al presidente.
El sufragio se extendió durante dos horas para permitir que votaran quienes no habían podido hacerlo antes del cierre de los colegios electorales, a las 19H00 (22H00 GMT).
En algunos centros de votación, los electores hicieron cola durante más de tres horas. Se espera que las primeras estimaciones de los resultados lleguen en la madrugada del martes.
Observadores locales informaron de irregularidades en varios colegios electorales, como papeletas en las que figuraban el nombre de fallecidos.
"Es un caos. En cada elección hay casos, pero éstos son como una gran piscina de petróleo que se vierte en el mar", dijo Jennifer Van Dijk-Silos, presidenta del Consejo Electoral Independiente, confirmando las irregularidades.
Horas antes, Bouterse, de 74 años, y su esposa, Ingrid Waaldring, llegaron entre los primeros votantes a una escuela de Paramaribo, la capital, rodeado de seguidores y medios de comunicación.
Para celebrar la votación, las autoridades de esta excolonia holandesa levantaron por dos días el confinamiento parcial decretado para frenar la epidemia de coronavirus.
Se mantuvo, sin embargo, el veto a la circulación del transporte público, clave para que la población de las zonas rurales pudiera acudir a las urnas.
Desde la apertura de la jornada a las 7H00, habitantes comenzaron a alinearse frente a los centros de votación, guardando una distancia de 1,5 metros.
"Unas horas más y habremos liberado a Surinam", declaró el principal rival del presidente, Chandrikapersad Santokhi, del Partido de la Reforma Progresista (VHP), tras abandonar su casa rumbo a un colegio electoral.
Una encuesta del Instituto IDOS predijo que el NDP podría perder su mayoría de 26 escaños, para pasar a tener entre 17 y 14, mientras que la oposición se quedaría con 12 de las 17 bancas en la capital.
Un posible triunfo opositor requeriría, de todos modos, formar una coalición para gobernar.
Prisión, en suspenso
Bouterse es una figura muy controvertida, que dirigió el país entre 1980 y 1987 como dictador. Un tribunal militar lo condenó el año pasado a 20 años de cárcel por ordenar la ejecución de opositores en diciembre de 1982, entre ellos empresarios, abogados y periodistas.
Los hechos, conocidos como los "asesinatos de diciembre", fueron investigados por Santokhi, un exministro de Justicia y antiguo comisionado de policía, quien ya perdió en los comicios de 2010 y 2015 ante Bouterse.
Bouterse recurrió su sentencia, pero la audiencia se pospuso hasta junio por la pandemia, que ha dejado 11 casos confirmados y un muerto en el país.
En un caso distinto, un tribunal de Holanda lo sentenció en 1999 a 11 años de prisión en ausencia por tráfico de cocaína, un delito que él niega haber cometido.
La elección democrática de Bouterse en 2010 le dio protección contra una orden de arresto de Interpol por su condena en Holanda.
Aunque sea reelegido por la Asamblea Nacional tras los comicios, para lo cual necesita dos tercios de los votos, podría ir a prisión si no gana su apelación.
Una votación reñida
Poco más de 380.000 personas estaban registradas en las listas electorales de este país de 600.000 habitantes donde se habla neerlandés.
Muchos de los votantes acudieron a las urnas vistiendo camisetas con el rostro de sus candidatos.
Rudy Cederburg, un hombre mayor, acudió a votar vestido de violeta y blanco, los colores del partido de Bouterse.
"Estoy entregado al NDP en cuerpo y alma", dijo a la AFP. "Quiero que este partido continúe el camino de desarrollo que emprendió".
El NDP destacó durante la campaña sus medidas para aumentar sustancialmente el bienestar social, con seguros obligatorios de salud y pensiones, proyectos de infraestructura y parcelas para los sin tierra.
Pero la oposición acusa a Bouterse de numerosos escándalos de corrupción y de la grave crisis económica en la que está sumido este país, exportador de oro y petróleo.
"El gobierno actual, el NDP, ha convertido esto en un gran caos durante los últimos 10 años. Las cosas no andan bien en este país", dijo Consuela Prade, de 34 años, que no tenía claro a qué partido opositor iba a votar.
Medidas especiales
Entre las precauciones tomadas por la covid-19, los miembros de los colegios electorales pintaron los dedos de los votantes de azul para evitar que tuvieran que ponerlos en un tintero.
Entre los votantes hay 187 personas en cuarentena, que llegaron desde países extranjeros en vuelos especiales organizados por el gobierno. El equipo de gestión de covid-19 organizó una mesa de votación en un hotel, donde los votantes en cuarentena serán transportados en autobuses militares.
Debido al coronavirus, solo 35 observadores controlan el proceso electoral, incluidos los de la Organización de los Países Americanos (OEA).
Los surinameses también eligen a 118 representantes distritales y 772 locales, con 17 partidos y más de 5.700 candidatos en las papeletas.