Las acusaciones de racismo formuladas por el príncipe Enrique y su esposa Meghan son "preocupantes" y se tomarán "muy en serio", prometió el martes la reina Isabel II, tras la crisis provocada en la monarquía por la explosiva entrevista de la pareja.
"Las cuestiones planteadas, en particular la de la raza, son preocupantes. Aunque algunos recuerdos pueden variar, se toman muy en serio y serán tratadas por la familia en privado", afirmó un comunicado difundido por el Palacio de Buckingham en nombre de la monarca.
"Toda la familia se entristece al conocer lo difícil que han sido los últimos años para Enrique y Meghan", aseguró, subrayando que la pareja y su hijo Archie "serán siempre miembros muy queridos de la familia".
Esta es la primera reacción de la corona a las dos horas de confesiones íntimas que Enrique, de 36 años, nieto de la reina, y la exactriz estadounidense Meghan Markle, de 39, hicieron a la estrella de la televisión estadounidense Oprah Winfrey.
Difundida el domingo en Estados Unidos y el lunes en el Reino Unido, la emisión, que recuerda a una chocante entrevista concedida en 1995 a la BBC en que la madre del príncipe, la princesa Diana, reveló desde sus problemas de bulimia hasta las infidelidades en su matrimonio, sumió a la casa real en una crisis de iguales o mayores proporciones.
Según la prensa británica, la soberana, de 94 años, mantuvo "conversaciones de crisis" con su hijo y heredero al trono, Carlos de 72 años, y su nieto y segundo en la línea sucesoria, Guillermo, de 38 años, antes de reaccionar.
Crisis en la institución monárquica
En su entrevista con Oprah Winfrey, vista por 11 millones de personas en el Reino Unido y 17 millones en Estados Unidos, Meghan y Enrique afirmaron que algún miembro de la familia -que no fueron ni la reina ni su esposo Felipe, de 99 años y actualmente hospitalizado desde hace tres semanas- se había mostrado "preocupado" por el color de piel de tendría su hijo Archie, ya que la madre de Meghan es negra.
Esta acusación puede resultar muy dañina para la monarquía, en un país donde la fuerza del movimiento Black Lives Matter llevó a revisar muchos aspectos de la historia colonial y su relación con la trata de esclavos.
Espero que fuese "sólo una pregunta tonta", afirmó el martes el padre de Meghan, Thomas Markle.
"No creo que la familia real británica sea racista en absoluto", dijo en una entrevista con el canal británico ITV pero admitió no conocer a ningún miembro de la realeza, ni siquiera a su yerno Enrique ni a su nieto Archie, de casi dos años.
Meghan se distanció de él antes de su boda en mayo de 2018, a la que Markle no pudo asistir por problemas de salud. Su hija dijo haberse sentido "traicionada" cuando descubrió que Thomas estaba alimentando a la prensa sensacionalista posando para los paparazzi en México y hablado sobre ella en entrevistas.
Desde entonces no se han vuelto a ver.
Los británicos, divididos por edades
Un año después de su estrepitosa salida de la realeza británica y su partida a California, la pareja pintó en esa entrevista un sombrío retrato de la monarquía británica.
Con lágrimas en los ojos, Meghan dijo haberse sentido tan infeliz durante su vida en palacio que llegó a pensar en el suicidio.
Y aseguró que cuando dijo a la familia real que estaba sufriendo por la agresiva cobertura de los medios sensacionalistas británicos y necesitaba ayuda psicológica, le contestaron "que no sería bueno para la institución".
Los británicos se mostraron divididos ante estas acusaciones, principalmente en función de la edad.
Según un sondeo realizado a más de 4.600 personas por YouGov, el apoyo a los duques de Sussex es más fuerte entre los jóvenes de 18 a 24 años (48%) que entre los mayores de 65 (9%). Estos últimos están en un 55% a favor de la familia real, frente al 15% de los más jóvenes.
La entrevista fue mejor recibida en Estados Unidos, donde incluso la Casa Blanca saludó la "valentía" de Enrique y Meghan al "hablar de sus propias luchas con la salud mental y relatar su historia personal".
La controversia arrastró a otras conocidas figuras públicas en el Reino Unido, como el presentador televisivo Piers Morgan, que tuvo que abandonar su show matinal en la cadena ITV tras criticar duramente a Meghan Markle.
Morgan, que conoce a la duquesa de Sussex de su época de actriz, dijo en directo que no creía que Markle hablara en serio cuando mencionó el suicidio en su entrevista, lo que provocó un alud de protestas de telespectadores.
Londres, Reino Unido | AFP | por Anna Cuenca