En Uruguay, a miles de kilómetros de la guerra en Ucrania, la diplomática rusa Ekaterina Germanovich vio su vida cambiar irremediablemente por el conflicto.
De origen ucraniano, renunció a su puesto en la embajada de Rusia en Montevideo en marzo de 2022, apenas días después de la invasión ordenada por Moscú, sin imaginar que terminaría labrándose un futuro de pastelera en su nuevo país adoptivo.
En entrevista con AFP tras ganar la tercera temporada de "Bake Off Uruguay", la franquicia del popular reality de repostería de la TV británica, Germanovich describe la guerra como "un dolor que no se va a ir nunca".
"La guerra polarizó mucho a los pueblos, es un quiebre que no se va a cerrar en decenas de años. No sé cómo se va a reparar esto. Las familias quedaron quebradas, separadas", dice en su español casi sin acento.
Nacida hace 40 años en Zaporiyia, entonces parte de la antigua Unión Soviética pero hoy en Ucrania, se instaló de adolescente con sus padres y hermanas en Moscú.
Ella, que creció bilingüe en ucraniano y ruso y pasó los veranos de su infancia en Crimea, tiene familia en ambos países. Pero muchos de esos lazos se han roto.
"En Ucrania cualquier contacto con personas en Rusia se ve como traición, lo mismo del lado ruso", lamenta.
Los parientes en Kiev dejaron de hablarles por ser rusos. Los de Zaporiyia y Donetsk no tuvieron otra opción que huir a Rusia, donde "están viviendo este horror", cuenta.
El legado de la abuela
Germanovich llevaba una década como diplomática en Uruguay cuando el 24 de febrero de 2022 el líder ruso Vladimir Putin ordenó una "operación militar especial" contra Ucrania.
"Tenía una carrera muy prometedora", pero "vi imposible seguir representando a un gobierno que está bombardeando a mi país de origen", afirma.
"Perdí la imparcialidad y la capacidad de poder representar algo que no comparto", agrega esta exconsejera comercial que también ejerció de cónsul.
Cambiar de rumbo no fue fácil. Germanovich, que es economista y habla siete idiomas, dice que entró "en un pozo depresivo" al no encontrar trabajo.
Hasta que, alentada por una amiga, se inscribió en el "Bake Off Uruguay", un concurso televisivo con premios por valor de 600.000 pesos (casi 16.000 dólares).
El 12 de julio resultó vencedora entre 14 participantes.
Le dedicó el triunfo a su abuela materna, ucraniana, que tenía cáncer y murió semanas antes de la final.
"Mi abuela fue mi inspiración. Fue la que tuvo la paciencia de enseñarnos a cocinar a mí y a mis hermanas", cuenta Germanovich luego de preparar la clásica torta de miel ucraniana, a la que ella agrega dulce de leche y adorna con fresas y flores.
Ahora, embarazada de su tercer hijo, el segundo con el exfutbolista camerunés Alain Yomby, prepara la inauguración de "un rinconcito dulce" en un restaurante de sushi en Montevideo y sueña con tener algún día su propio salón de té.
Dice que no tiene miedo, pero no prevé volver a Rusia "en los próximos años".
No quiere arriesgar el futuro de sus hijos, especialmente el mayor, de 16 años, llevándolos a un país donde el servicio militar es obligatorio a partir de los 18 años.
"No sé que va a pasar si yo viajo a Rusia", dice.
"Algunos me dicen 'No es para tanto, no te va a pasar nada', pero yo me expresé públicamente en contra de la guerra".
Montevideo, Uruguay | AFP | Por Alina Dieste