El Ministerio del Interior comunicó en el día de hoy que "apareció muerto de un disparo el sospechoso del doble crimen de Quebracho", en referencia a Martín Bentancur.
Tres funcionarios de las Termas de Guaviyú observaron cómo un hombre colgaba carteles, se quitaba sus prendas de vestir y se acostaba en el sitio.
Cuando los funcionarios sintieron un disparo, se dieron cuenta de que el individuo se había suicidado. Efectuó el disparo con el arma que le había robado al agente Juan Oviedo, a quien ultimó, además de asesinar a Nelly Goyeneche, la madre de su expareja.
En el lugar, encontraron armas apoyadas en un muro y numerosos mensajes colgados en un cerco.
Uno de los mensajes fue escrito sobre una tela de gran tamaño, y decía lo siguiente:
"Te pido perdón China, yo te perdono. Me llevo los mejores momentos en mi corazón. ¿Te acordás cuando tuvimos a la Nadi? (...) Te amo Valeria, te amaré por siempre. Decile a la Nadi que me recuerde en los mejores momentos cuando la paseaba a caballo. Solo eso te pido amor mío. Teníamos tantos proyectos para hacer. Tenía la esperanza de cruzar el río, pero pensé que nunca más iban a saber de mí. Por lo menos van a saber de mí".
Otro mensaje, fue incluido en una remera:
"El último regalo que te hago mis amores. Las llevaré en mi alma y en mi corazón".
(Próximo a este texto se visualiza un dibujo de una familia).
Los mensajes previos
En la Escuela Nº 75 de Saladero de Guaviyú, a 22 km de Quebracho (por camino vecinal) y a 7 km del Río Uruguay, se había encontrado el primer indicio de la presencia del doble homicida que estaba siendo buscado desde hace días.
La zona lleva el nombre de lo que fue un antiguo saladero de fines del Siglo XIX y principios del XX, que funcionó en la orilla del Río Uruguay y cuyas ruinas constituyen un atractivo turístico departamental.
Una auxiliar de servicio de la escuela había encontrado los mensajes dejados por el presunto homicida, en un pizarrón y en una nota sobre un escritorio, junto con una cadena de plata.
Los mensajes estaban siendo periciados por un equipo de Policía Científica que había relevado el lugar para verificar su autoría y dar con más indicios que permitiesen determinar -y confirmar- la presencia del buscado en el lugar. El Jefe de Policía local -Crio. Gral. (R) Luis Mendoza- confirmó a UNICOM en su momento que los operativos de búsqueda se intensificarían tras ese hallazgo, que era el primero que confirmaría la presencia del sospechoso en la zona.
En efecto, las pericias buscaban confirmar (o descartar) si el individuo había llegado a pernoctar en el lugar o simplemente aprovechó el asueto de turismo -en que el local estaba cerrado- para hacerse de algunos víveres y enseres para seguir huyendo por los montes de la zona. Mendoza afirmó en aquella oportunidad que la Policía suponía que se trababa del asesino, y que los rastros levantados debían ser periciados para confirmarlo".
La búsqueda fue intensa
La búsqueda del doble homicida se intensificó aún más a partir del hallazgo de los primeros mensajes, que constituyeron "el primer rastro" de lo que se consideró "su presencia en la zona", había expresado Mendoza.
Participaron varias decenas de efectivos de la policía sanducera, de la Guardia Republicana, plantel de Perros K9, y de la Unidad Aérea de la Policía Nacional (helicóptero y drones), junto a efectivos de la UNAPO (Unidad de Apoyo de Prefectura Naval) ante la proximidad de la ribera del Río Uruguay y la posbilidad de huida hacia la República Argentina por esa vía.
Prefectura relevó incluso las islas próximas al lugar (uruguayas y argentinas) buscando al presunto homicida.
Finalmente el cuerpo de Bentancur, fue encontrado sin vida a 30 metros del ingreso a las Termas de Guaviyú.