Los hisopados que se hacen para detectar infectados de COVID-19 proporcionan a los laboratorios del mundo (además del dato sobre el contagio) muestras biológicas desde las cuales éstos bien podrían decodificar toda la información genética del examinado y, a través de ella, la de sus parientes consanguíneos.
Los hisopados que se hacen para detectar infectados de COVID-19 proporcionan a los laboratorios del mundo (además del dato sobre el contagio) muestras biológicas desde las cuales éstos bien podrían decodificar toda la información genética del examinado y, a través de ella, la de sus parientes consanguíneos.
Ése es un dato valiosísimo tanto para la investigación de crímenes sin resolver como para la averiguación futura de delitos. La cuestión es que, según la legislación de los distintos países y las directivas internacionales, la recolección de ese ADN con fines policíacos debe contar con el consentimiento del titular o ser autorizada por un juez o ser realizada únicamente respecto de personas detenidas y condenadas, lo cual limita el crecimiento de esos bancos.
En consecuencia, los Gobiernos podrían aprovechar esta invaluable oportunidad (única hasta la fecha), en la que todos los ciudadanos acuden a donar su ADN voluntariamente y sin conocer la cuantía del dato que están brindando (el ADN es conocido como "la firma de Dios"), para ampliar así solapada y exponencialmente las bases de datos genéticos con fines criminalísticos.
Aunque es una especulación mía, no la considero improbable pues esa información resulta extremadamente apetecible para todos los Estados y para la Interpol por la utilidad investigativa que supone. Inglaterra, por ejemplo, intentó hace unos años ampliar su banco de datos de ADN a todos sus ciudadanos y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos se lo impidió. Victor Weedn, del laboratorio de ADN de las Fuerzas Armadas de USA, advirtió hace unas décadas: “When you’ve licked a stamp on your tax return you’ve sent the government a DNA sample”.
No considero que lo que comento sea el caso de Uruguay ni de Argentina: no tenemos hoy la capacidad de procesar todas esas muestras, aunque sí sería preocupante que las mismas se conservaran para el futuro, que no se destruyeran de inmediato.
Por todo esto agradezco a quien se haya hecho el test Covid-19 (en cualquier país) que me comente (por aquí o por privado) si le hacen firmar o no un documento de "consentimiento informado" donde se especifique qué tipo de exámenes se autoriza a hacer al laboratorio, se haga constar que la muestra no podrá ser usada con otro propósito que detectar el COVID-19, se indique dónde se almacenará la muestra, quién tendrá acceso a ella y cuándo será destruida.
Miguel Angel Gallegos
Derecho Criminal