El homicida, R. O. J. R. de 32 años, ya ingresó a la cárcel por el delito de “homicidio en concurrencia fuera de la reiteración con un delito de incendio”. Ante la Justicia y la Policía confesó que lo mató “diferencias de dinero”.

El pasado domingo, numerosas personas acompañaron a la familia en el velatorio realizado en la empresa Villamayor. Las Piedras recibió la noticia con un sentimiento de congoja y también de incredulidad, porque no podían creer que alguien tan querido en la ciudad culminara su vida de esa forma tan trágica.

Todo comenzó el pasado jueves 13, cuando Ramiro se dirigió al departamento de Tacuarembó por asuntos relacionados con la empresa familiar, dedicada a la venta de heladeras, y maquinaria comercial. Se hospedó en el hotel Carlos Gardel y el día viernes tenía algunas reuniones pactadas y luego partiría nuevamente a Las Piedras, pero no sospechó que esa jornada tendría un trágico final.

Ramiro agendó esa noche una reunión de negocios, con R. O. J. R de 32 años de edad ,en la casa de este último individuo, sita en Sarandí y Baltazar Brum. El joven se dirigió en su automóvil Renault modelo Megane matriculado en Canelones.

Al parecer se produjo una acalorada discusión entre ambos por temas de trabajo y dinero. En determinado momento R. O. J. R. golpeó a Ramiro Núñez, quien se defendió y se trabaron en lucha. El ahora homicida tomó un cuchillo de su cocina y se abalanzó contra el joven, que intentó infructuosamente evitar el ataque. R. O. J. R. le aplicó varias puñaladas, una de ellas muy severa en el cuello, la que le produjo la muerte por desangrado.

Tras darse cuenta del grave acto cometido y con la intención de ocultar las pruebas, el homicida colocó el cuerpo sin vida del joven comerciante en el automóvil que conducía. Lo llevó hasta camino El Espinillo, próximo a la avenida Héctor Gutiérrez Ruiz del balneario Iporá. Al llegar a ese lugar prendió fuego el vehículo, con el cadáver de Ramiro Núñez en el interior del mismo.

El día 15 de octubre se realizó la reconstrucción del hecho y la Justicia resolvió el ingreso a la cárcel de este hombre bajo el cargo de “homicidio en concurrencia fuera de la reiteración con un delito de incendio”.

La denuncia y alarma de la familia

Mario Núñez, padre de Ramiro, intentó comunicarse con él en la noche del viernes, al no lograrlo decidió irse a Tacuarembó a buscarlo. No lo encontró en el hotel, por lo tanto se dirigió a la Seccional 2da. de Tacuarembó, denunciando la situación y desaparición de su hijo, Ramiro Núñez.

Tras los datos aportados, y la marca, modelo y matrícula del auto, la policía inició las investigaciones e indagatorias correspondientes comprobando que la última persona que estuvo con Ramiro Núñez había sido R. O. J. R.

A las 5:40 de la mañana del sábado 15, vecinos del camino El Espinillo, avisaron al servicio 911 que había un auto incendiado y al parecer se observaba una figura humana calcinada. Rápidamente los bomberos se trasladaron hasta el lugar y tras extinguir el fuego se comprobó la presencia de un cuerpo, que se identificó como el de Ramiro Núñez.

Con orden de allanamiento se ingresaron a la finca de esta persona, donde la Policía Científica encontró elementos que constataron que en el lugar se produjo un hecho de sangre. Al verse acorralado por las autoridades, el sospechoso confesó el homicidio, repitiendo en reiteradas ocasiones que fue por una discusión de “trabajo y dinero”.

Participaron en este caso el juez letrado, el fiscal, el comando de la Jefatura de Policía de Tacuarembó y personal del Departamento de Policía Científica y de la Seccional 10ª.

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