Tuesday, 26 November 2024

Hay que intentar no caer en falsos dilemas: de ninguna manera la disyuntiva está planteada entre aquellos que quieren controlar y quienes quieren que no se controle. Por supuesto que no es esa la diferencia. Nadie sostiene que los clubes cannábicos no deben ser controlados. Y de hecho, lo son. Son controlados y, cuando se constatan infracciones, son sancionados.

Una discusión diferente es, en cambio, si los controles que realiza IRCCA son suficientes.

Existen dos maneras como los clubes cannábicos son fiscalizados.

Por un lado, IRCCA tiene un portal donde los clubes deben cargar permanentemente toda la información respecto a cantidad de cannabis, cantidad de plantas, cantidad de socios, etc. Y por otro lado, está la fiscalización presencial, que es cuando los inspectores de IRCCA concurren al club, inspeccionan y verifican si la información que se ha cargado coincide con lo que se constata en el lugar.

Se ha sostenido, con tono crítico, que el área de fiscalización de IRCCA tiene “solamente” cinco funcionarios para la fiscalización de más de 170 clubes.

Actualmente y luego de haber incrementado en el último año la frecuencia de los controles, la fiscalización presencial es en promedio de 2,5 visitas a cada club en el año.

Suponiendo que la crítica sea de recibo, ¿cuántos se considerarían suficientes?

Por ejemplo, hasta hace no poco tiempo, nuestro país tenía siete funcionarios que debían realizar la fiscalización de más de 1.000 hogares de larga estadía para personas mayores

¿Qué opinan de esta proporción aquellos que sostienen que cinco inspectores para 170 clubes son insuficientes? ¿Por qué no se pone tanto énfasis en estos otros números? ¿Es que es más importante controlar las plantas de cannabis que la manera como pasan nuestros viejos en sus residenciales?

En todo caso, tengo entendido que se ha actuado en consecuencia y se ha aumentado la cantidad de funcionarios que realizan esas inspecciones.

Pues bien, ¿por qué no actuamos de la misma manera?

Lo único que se necesitaría, sería que realizara la asignación presupuestal correspondiente, e inmediatamente IRCCA podría contar con un cuerpo inspectivo más numeroso e incrementar la frecuencia de los controles. Y asunto resuelto. Sin ninguna necesidad de distraer funcionarios policiales de la tarea para la que la sociedad los necesita.

Últimamente hemos escuchado el argumento de que no hay un control de la actividad económica de los clubes cannábicos. La Ley N°19.574 en su artículo 13, literal I, los comprende. Por lo tanto, si se entiende que la actividad económica de los clubes tiene que ser controlada porque podría prestarse para la realización de ilícitos económicos, entonces lo que hay que hacer es controlar. Sin pretextos y sin pretender entreverar la conversación.

Está claro que el control económico no es competencia de IRCCA. Como tampoco lo es del Ministerio del Interior, obviamente.

Se ha insistido con el hecho de que se ha detectado cannabis procedente de Uruguay en Brasil. E inclusive en las últimas semanas ha habido una gran repercusión en la prensa por un cargamento de 16 kilos de marihuana detectado en un taxi en la frontera del Chuy. Casi tuvo más repercusión en la prensa, que el hallazgo casi simultáneo, de una tonelada de cocaína en Barcelona, en un contenedor procedente de Uruguay. Como consecuencia de ese procedimiento en el Chuy, se realizaron múltiples allanamientos. Uno, fue en la casa de un auto cultivador registrado en IRCCA que finalmente quedó en libertad.

A partir de este insuceso, se aprovecha para sembrar dudas y se insiste en nombrar recurrentemente a los clubes cannábicos y a la necesidad de controlarlos, aunque como surge de las informaciones públicas, no están de ninguna manera vinculados al episodio.

Hace pocos días, un directivo de un club de fútbol y de la AUF, fue condenado por una estafa millonaria perpetrada contra el BPS, que consistía en hacer figurar en la nómina del club, trabajadores (que no lo eran) para acceder al subsidio de desempleo. La actividad delictiva fue detectada. Y a nadie se le ocurrió incluir un artículo en la Rendición de Cuentas para aumentar los controles. Nadie pone a todos los otros clubes deportivos bajo sospecha. Ni mucho menos, nadie plantea que tenga que ser personal uniformado el que a partir de ahora controle las actividades de los clubes de fútbol.

En todo caso, quiero aclarar que, cuando existen indicios de actividades delictivas, y se sustancia una investigación con participación del sistema de justicia, por supuesto que existe total predisposición a colaborar y no hay ningún inconveniente en proporcionar toda la información que sea requerida, como ya ha acontecido.

No hay secretos y no hay misterios. La identidad de los usuarios de Cannabis está protegida por la ley, y es lo que no debe rebelarse. Las direcciones de los clubes cannabicos podrán proporcionarse al Ministerio del Interior si encontramos – y en eso estamos trabajando- la manera de proteger la identidad de los usuarios.

Eso es lo que veníamos conversando con el Sr. Ministro del Interior. Las alternativas que estábamos estudiando parecían adecuadas y estábamos en el camino de encontrar soluciones hasta que apareció el Artículo 72 de la Rendición de Cuentas. Nosotros esperamos que se trate de un escollo transitorio, que el parlamento nos ayude a superarlo rápidamente, retirándolo del articulado, para poder continuar trabajando en conjunto con el Ministerio del Interior. La permanencia de ese artículo en el texto de la Rendición de Cuentas, no solo no aporta ninguna solución a nada, sino que representa una espina irritativa en el relacionamiento institucional, que nadie en el gobierno desea.

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July 11, 2022

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