La Asamblea General de Naciones Unidas adoptó este miércoles por aplastante mayoría una resolución para exigir a Rusia la retirada de sus tropas de Ucrania y "deplorar" la agresión infligida a su países vecino.
Con 141 votos a favor, 5 en contra, (Rusia, Bielorrusia, Corea del Norte, Eritrea y Siria) y 35 abstenciones (China, Bolivia, Cuba, El Salvador, India, Irán, Irak, Kazajastán, Nicaragua o Pakistán, entre otros) la resolución, no vinculante, quedó aprobada.
Brasil, pese a que su presidente, Jair Bolsonaro, afirmó el domingo que seguirá "en la neutralidad" en relación a la invasión rusa a Ucrania, votó a favor de la resolución. Al igual que México y el resto de países latinoamericanos que no se abstuvieron. Venezuela, aliado de Moscú, no pudo votar al haber perdido el derecho a voto por el impago de su membresía a la ONU, con una deuda que ronda los 40 millones de dólares.
El texto "deplora en los términos más fuertes la agresión de la Federación de Rusia contra Ucrania" en violación del artículo 2 de la Carta de Naciones Unidas, que prohíbe a sus miembros recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza e insta a todos los miembros a que respeten la soberanía, la integridad territorial y la independencia política de cualquier Estado.
"El mensaje de la Asamblea General es alto y claro", dijo a la prensa el secretario general de la ONU, Antonio Guterres. "Pongan fin a las hostilidades en Ucrania, ahora. Abran la puerta al diálogo y a la diplomacia, ahora", agregó.
Según el representante de la Unión Europea, Olof Skoog, "Rusia ha optado por la agresión. El mundo, por la paz". La histórica votación de una resolución de la Asamblea General de la ONU fue convocada tras el fracaso del Consejo de Seguridad del organismo, el pasado viernes, en aprobar una resolución similar por el veto de Rusia.
Este resultado muestra el "aislamiento" de Rusia y que el "mundo está con Ucrania", remató Skoog.
Desde la tribuna de la ONU, el embajador ucraniano, Sergiy Kyslytsya, uno de los últimos en hablar de una lista de cerca de 120 oradores, acusó al "régimen criminal" del presidente ruso Vladimir Putin, de querer perpetrar un genocidio en su país.
"Genocidio"
"Ya está claro que el objetivo de Rusia no es solo la ocupación. Es un genocidio", dijo el embajador, antes de denunciar que los rusos "han venido a privar a Ucrania del mismo derecho de existir".
La embajadora estadounidense ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, que calificó el conflicto de "injusto e innecesario", denunció que Rusia está "preparando un incremento de la brutalidad de su campaña contra Ucrania".
"Hemos visto vídeos de las fuerzas rusas trasportando armas excepcionalmente letales, que no tienen lugar en el campo de batalla, entre ellas bombas de racimo y de vacío", prohibidas por la Convención de Ginebra, dijo.
La resolución, promovida por los países europeos y Ucrania, y copatrocinado por cerca de un centenar de países de todas las regiones del mundo, sufrió numerosos cambios a lo largo de los últimos días para poder llegar a un acuerdo de mínimos aceptable para los más recalcitrantes.
La mayoría de los oradores condenaron sin paliativos la guerra, la inseguridad y los riesgos de escalada del conflicto bélico en un mundo que empezaba a recuperarse de los devastadores estragos de la pandemia de covid-19, como lo demuestra la disparada de precios de materias primas, en particular del gas, el petróleo, el níquel o el aluminio, que pueden alimentar todavía más la inflación.
"Legítima defensa"
Rusia ha repetido como un mantra que ha actuado en "legítima defensa" y que sus objetivos no son civiles, pese a los resultados en el terreno.
Más de 874.000 ucranianos se han visto obligados a abandonar el país en busca de un lugar seguro, según la ONU, y más de 2.000 civiles habrían perdido la vida, según las autoridades ucranianas, desde el pasado 24 de febrero, cuando se inició "la operación militar especial", como la ha denominado Rusia.
Europa y Estados Unidos han adoptado una andanada de sanciones destinadas a aislar a Rusia y a asfixiar su economía para que no pueda financiar la guerra, en lo que el representante de Bielorrusia, uno de los aliados más fieles de Moscú, denominó "terrorismo económico" en la tribuna de la ONU.
Fuente: Naciones Unidas, Estados Unidos | AFP | Philippe Rater / Ana Fernández