El miércoles pasado, Juan Gómez, quien ocupa el cargo de fiscal general de la Nación, se encontró con Pablo Da Silveira, ministro de Educación y Cultura, para expresar su decisión de renunciar muy pronto a su puesto. Este encuentro tuvo como objetivo también discutir el proceso para su sucesión y cómo este debería ser llevado a cabo.

Tras haber retornado a sus funciones el lunes, luego de un período de seis meses fuera por razones médicas derivadas de un tratamiento oncológico, Gómez está enfocado en su reemplazo. Su salida determinará que Mónica Ferrero, actual fiscal de Homicidios, asuma las responsabilidades que tuvo mientras él estuvo ausente.

Además de informarle a Da Silveira, Gómez está motivado para establecer contacto con miembros del espectro político, puesto que desea promover la elección de un nuevo fiscal general que cuente con la aprobación del Parlamento.

Con esa finalidad, el fiscal tiene programada una serie de encuentros con aspirantes a la presidencia de la República, expresidentes y legisladores de todos los partidos, con el propósito de sentar las bases para una transición ordenada en el liderazgo del Ministerio Público.