Las autoridades avanzan en la investigación de una serie de amenazas de bomba que generaron gran alarma en Montevideo.

Dos personas fueron detenidas en relación con los hechos, y otras tres están siendo buscadas por la Policía, que llevó a cabo diversos allanamientos y logró incautar teléfonos celulares vinculados a la investigación. Varios de los presuntos responsables detrás de los llamados falsos que afectaron tanto a centros comerciales como a instituciones educativas han sido identificados.

Las amenazas comenzaron el pasado sábado con llamados que advertían sobre la supuesta colocación de explosivos en distintos shoppings —entre ellos Montevideo Shopping, Punta Carretas y Portones—, y posteriormente se extendieron a facultades de la Universidad de la República. Aunque las inspecciones descartaron la presencia de artefactos, los eventos provocaron evacuaciones y suspensión de actividades.

El Ministerio del Interior confirmó que hay dos personas detenidas por este caso. Según detalló la cartera, uno de los arrestados es un hombre sospechoso de realizar la amenaza contra Montevideo Shopping, mientras que la mujer detenida está relacionada con una llamada que alertaba sobre una bomba en Punta Carretas Shopping.

Además, fueron identificados otros involucrados, incluidos dos menores de 15 y 12 años, por su presunta participación en las amenazas. En paralelo, un joven de 26 años fue arrestado por su implicación en ataques informáticos contra sitios estatales, lo que amplía el espectro de delitos vinculados a la coyuntura.

Un hecho que encendió aún más las alarmas fue el mensaje recibido por el rector de la Udelar, donde el remitente aseguró: "Yo les demostraré a todos ustedes que ninguna vida importa". Según fuentes oficiales, ese correo —aparentemente originado desde el extranjero— sería obra de un grupo internacional con antecedentes de violencia, conocido como 764. La investigación de este caso, separado de los anteriores, involucra a organismos de inteligencia y requiere cooperación internacional.

Mientras tanto, las facultades afectadas reabrieron con custodia policial, en un contexto de incertidumbre que llevó a Udelar a iniciar el diseño de un nuevo protocolo de actuación ante estas amenazas.