Sunday, 22 December 2024

Los últimos datos mundiales señalan que los casos y muertes por esta enfermedad crecerán en la región a un ritmo más acelerado que el promedio.

Desde distintos sectores alertan sobre la necesidad de actuar para mejorar el acceso a la atención del cáncer. Mejor infraestructura, mayor financiación, recursos humanos y disponibilidad de tratamientos, entre las soluciones más mencionadas.

Cada dos minutos, cinco personas reciben un diagnóstico de cáncer en Latinoamérica. En el subcontinente, donde se producen 1,4 millones de nuevos casos y 673 mil muertes cada año, la enfermedad sigue avanzando.

En septiembre de 2018, la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), vinculada a la OMS, actualizó el Observatorio Global del Cáncer y trazó un panorama alarmante: en todo el mundo, para 2040, la incidencia de la enfermedad crecerá un 63%, y el número de muertes trepará un 71,5 por ciento.

Sin embargo, en regiones menos desarrolladas, como América Latina, donde el diagnóstico precoz y el acceso al tratamiento son más difíciles, el escenario es aún más grave: el número de casos crecerá 78% en los próximos 21 años, llegando a los 2,5 millones anuales, y las muertes por cáncer prácticamente se duplicarán, llegando a 1,3 millones de fallecimientos cada año.

Paralelamente, el acceso a la atención sanitaria en la región enfrenta serios problemas: según un estudio de The Lancet, más de 156 mil personas mueren cada año debido a la falta de acceso a servicios de la salud.

La creciente necesidad de atención se enfrenta con sistemas de salud fragmentados, con falta de infraestructura, recursos humanos, diagnóstico, tratamiento y financiación.

Uruguay, en muchos aspectos, es el mejor ejemplo de la región en términos de prevención y tratamiento. No obstante, la tasa de incidencia de la enfermedad por cada 100 mil habitantes del país está entre las mayores de la región, con 251 casos para cada grupo de 100 mil personas, mientras que en México son apenas 132 cada 100 mil personas. Estas cifras revelan la necesidad de actuar aún con mayor énfasis para aumentar el acceso a la atención del cáncer.

“Hablar sobre el cáncer debe ser una política pública de sanidad. Es ese el gran reto”, dice el director del Instituto Nacional del Cáncer de Uruguay, Álvaro Luongo. De acuerdo con la IARC, el número de casos en el país aumentará casi un 30% para 2040, pasando de los actuales 15.101 al año a 19.563, y las muertes crecerán un tercio, de 8.589 al año a 11.511 en 2040.

Uruguay tiene un perfil epidemiológico semejante al de países desarrollados, con mayor prevalencia del riesgo de algunos tipos de cáncer relacionados al desarrollo económico y a la urbanización (cáncer de mama, de próstata y de pulmón), y disminución de otros (como cáncer de hígado y de estómago).

Según señala Álvaro Luongo, “hacer campañas e informar es mucho más barato que tratar a un paciente. En el tratamiento en fase avanzada, entran fármacos y tecnologías de alto costo que, muchas veces, son paliativos, no curativos”, afirma, y señala que “países que no tienen dinero para gastar en la prevención tendrán que gastar tres o cuatro veces más en el tratamiento”.

Una de las medidas de prevención implementadas con éxito en Uruguay es el acceso a la mamografía, principal método de diagnóstico del cáncer de mama. Este examen es obligatorio desde 2006 para quienes quieran trabajar. El resultado fue que 40% de los diagnósticos de cáncer de mama país se producen en el estadio 1 del cáncer, cuando las posibilidades de cura son de casi 90 por ciento.

Fuente: AFP, por Ana Paula Pedrosa

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