Montevideo, Uruguay | AFP | por Mauricio Rabuffetti
La cifra de compradores de marihuana estatal en Uruguay crece rápidamente, pero la negativa de los bancos a operar con empresas que venden cannabis por temor a sanciones internacionales amenaza la iniciativa.
El 19 de julio Uruguay dio inicio a un mecanismo inédito de venta en farmacias de marihuana con fines recreativos, producida por privados bajo control del Estado.
Es la última etapa de puesta en marcha de una ley aprobada en 2013 al influjo del entonces presidente José Mujica, que la presentó como "un experimento" contra el tráfico ilícito de drogas.
De casi 5.000 personas anotadas en el registro que habilita la compra de 40 gramos mensuales de la droga antes del comienzo de la venta, el Instituto de Regulación y Control del Cannabis (IRCCA) cuenta ahora más de 12.000 compradores y el stock de marihuana en las farmacias se agota rápidamente.
La discusión de la ley y la puesta en marcha de sus tres patas -autocultivo en hogares, cultivo en clubes cooperativos, y venta en farmacias-, fueron objeto de duras críticas y de la oposición de una mayoría de uruguayos, según encuestas, la última de julio pasado.
Pero un mes después de haber comenzado la venta, el principal problema vino de un origen para muchos inesperado: los bancos.
Primero el español Banco Santander dio aviso a farmacéuticos que venden marihuana, de que cerraría sus cuentas.
"Hemos decidido no participar en este rubro como no se participa en otros. Adicionalmente, por ser un banco global con clientes que utilizan bancos en distintos países, debemos cumplir con las diversas normativas locales", dijeron fuentes del banco consultadas por la AFP.
Luego, el jueves, también el estatal Banco República (BROU), al que algunos miraban como alternativa al sector privado, anunció que terminaba con esa operativa. Su presidente, Jorge Polgar, manifestó al diario El Observador que de lo contrario, "provocaría el aislamiento financiero del BROU y de sus clientes, impidiéndole realizar cualquier tipo de operación con contraparte internacional".
Sin soluciones a la vista
La preocupación entre los farmacéuticos es patente. Algunos han manifestado su intención de dejar de vender marihuana.
La decisión de los bancos, que buscan cumplir sobre todo con la normativa estadounidense, parece haber tomado por sorpresa a las autoridades uruguayas.
"La verdad es que no estábamos en conocimiento (...) de que esto podía ocurrir", expresó el ministro de Economía, Danilo Astori, citado por el diario La República. "Hay que encontrar el camino y lo estamos buscando" para compatibilizar el cumplimiento de la ley aprobada en Uruguay y las normas internacionales, añadió.
La amenaza sobre la venta legal de marihuana es un "riesgo cierto", manifestaron a la AFP fuentes vinculadas a la elaboración de la legislación.
En tanto Mujica, padre de la iniciativa, lanzó una dura advertencia al actual gobierno de Tabaré Vázquez, su sucesor y de su mismo partido.
"Si esto queda trancado se va a trancar todo el Parlamento", dijo el ahora senador, cuyo sector político tiene la mayor bancada en el Congreso por el gobernante Frente Amplio (izquierda).
A este sistema, Mujica "lo siente como su hijo. Soportó bien ciertas dilaciones" para implementarlo, "pero se le terminó la paciencia. Amenaza muy en serio", consideró el politólogo de la Universidad de la República Adolfo Garcé, consultado por la AFP.
¿Imprevisto?
Julio Calzada, uno de los principales promotores y articuladores del proyecto que luego se convertiría en ley cuando estuvo al frente de la Junta Nacional de Drogas, afirmó a la AFP que "alternativas hay" a mediano plazo, pero aún "no están en Uruguay".
"Hay que gestionarlas con la banca norteamericana", sostuvo.
"Uruguay ha trabajado muy seriamente en relación con este tema", afirmó Calzada, quien indicó que todos los organismos de contralor de drogas del Estado, así como el Ministerio de Economía, fueron parte de la discusión de la Ley de Regulación del Cannabis, y recordó que en Uruguay el "sistema de comercialización (en farmacias) es legal".
Esta traba "golpea al gobierno y golpea al Frente Amplio", estimó el politólogo Garcé.
"Después de tanto tiempo de discutir el asunto, después de tantos avances concretos, después de haber plantado la marihuana, después de haberla cosechado, después de haber llegado a las farmacias (...) no poder comercializarla por un problema que no había sido previsto (...), es un golpe muy duro", resumió.
Además, "para Uruguay este asunto (...) se ha transformado en una bandera, en publicidad favorable al país", reflexionó.
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