El crimen ocurrió en agosto y el martes 13 de diciembre fue dictada la sentencia contra el adolescente que se había entregado a la Policía.
El 7 de agosto la Policía tomó conocimiento del crimen cuándo fue alertada sobre que una persona estaba tendida en la vía pública con profuso sangrado.
La investigación policial había determinado que un adolescente de 17 años era el principal sospechoso de haber acabado con la vida de otro de 15.
El adolescente que era señalado como autor material del crimen se entregó a la Policía, habiéndose dispuesto su internación preventiva en el Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (Inisa).
Días más tarde el adolescente fue condenado a 9 años de internación en el Inisa, por un delito de homicidio agravado por haberse cometido en presencia de menores y muy especialmente agravado por la ferocidad con la que se perpetró.