Un potente terremoto de magnitud 7,7 sacudió este viernes el centro-norte de Birmania (Myanmar), dejando un saldo preliminar de 694 muertos y 1.670 heridos, según el último reporte divulgado por la junta militar este sábado 29 de marzo.
El epicentro se localizó a unos 17 kilómetros de Mandalay, la segunda ciudad más importante del país, y a una profundidad de 10 km. El temblor, ocurrido a las 12:50 hora local, se convirtió en el más fuerte registrado en Birmania en lo que va del siglo, provocando el colapso de múltiples infraestructuras, cortes de energía y graves daños estructurales en las regiones afectadas.
La magnitud del desastre se sintió incluso fuera de Birmania. En Bangkok, capital de Tailandia, más de 600 kilómetros al este del epicentro, se registraron al menos 10 muertos, 16 heridos y más de 100 desaparecidos tras el derrumbe de tres edificios en construcción. El impacto también se extendió a la provincia de Yunnan, en el sur de China, donde se reportaron dos heridos leves.
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) emitió una alerta naranja —la segunda más grave— y estimó que el número de víctimas mortales podría situarse entre 100 y 1.000. Graves daños en edificios e infraestructura fueron confirmados por diversas fuentes y fotografías oficiales.
Además del sismo principal, se registraron cuatro réplicas, una de ellas de magnitud 6,4 y tres más de entre 4,5 y 4,6. En el estado de Shan, limítrofe con China, el Ejército notificó otras 39 víctimas fatales. Entre los incidentes más dramáticos se cuenta el colapso de un monasterio donde 20 niños habrían quedado atrapados.