El comercio, el turismo, las migraciones e incluso el final de la Guerra Fría influyeron en la expansión del sida por todo Occidente, según un estudio de la Sociedad Europea para la Investigación Traslacional Antiviral.
Teitiota y su familia vivían en Kiribati, una pequeña isla en el océano pacífico, pero tuvieron que emigrar a Nueva Zelanda porque la subida del nivel del mar ponía en riesgo sus vidas.
A la altura de los acontecimientos que a diario nos convocan, nadie puede dudar de la fractura social que se ha profundizado en nuestro país, grieta que se percibe cada vez más en lo que hace a la pretendida inclusión social, pues al flagrante deterioro en la educación y a la marginalidad que puebla nuestros espacios públicos, se suma la creciente inseguridad, el flagelo de la droga y la ola de rapiñas con uso de una violencia cada vez más atroz. Violencia que demuestra no sólo la pérdida de valores morales sino hasta el mínimo respeto por la vida humana.
América Latina presenta los índices más elevados de violencia después de algunos países de África. La violencia se ha transformado en uno de los principales problemas que obstaculizan el desarrollo y afecta cada vez más a los estratos jóvenes de la sociedad.
El mundo en que vivimos y el modo como los medios de comunicación nos lo presentan a diario, está de muchas formas caracterizado por el crimen.
Recibimos copia de la carta que el Sr. Mauro Goldman hizo llegar al director de radio Uruguay: